Pensando en una de esas tardes que pasé conversando con mi amiga Violeta, surgió en mi cabeza una reflexión, que quizás fue lo que dio paso a este blog. De fondo, escuchábamos un solo de Paco de Lucía - para mí un guitarrista que me ha inspirado durante muchísimo tiempo, que en más de una ocasión me ha hecho evadirme de mis problemas-. Aquella tarde, hablábamos del paso del tiempo, de nuestras hazañas, de lo que fuimos y lo que somos ahora. Un café con zaratustra, es la idea surgida de más de un desvarié momentáneo. Se presentaba una tarde con unas nubes aterradoras, de esas que cuando miras al cielo, piensas que hoy no es un día para salir a dar un paseo. Ese día, en medio de la conversación se me ocurrió la genial idea, de hablar de una anécdota que me paso hace mucho tiempo, la cual voy a comentar en las siguientes líneas.

Una noche, volviendo a mi casa a eso de las 2:00 de la mañana, de esas noches que no ves ni un alma vagando por las calles, tome la decisión de coger un camino distinto al que estaba acostumbrado a coger todos los días. Ese camino, pudo haber sido una muy mala decisión, pues en el momento menos esperado, vi como a pocos cm de mi caía un objeto de cielo, tenía forma de maceta y digo que tenía la forma, porque realmente tampoco me pare a examinar lo que era, puesto que estaba bastante aterrado por lo que había pasado. Entonces, fue cuando me di cuenta, que tuve mucha suerte de que ese objeto no cayera sobre mi cabeza. Quizás, fuera el destino lo que hizo que ese objeto no llegara ni a rozarme un poco, pero claro el susto en ese momento te lo llevas, no hay qué negarlo. El resto del camino, solo pude pensar como había caído en esos momentos una maceta de un bloque de piso a esas horas de la noche, pero sobre todo pensé, en si la elección de mi camino fue la correcta. Los minutos que andaba de regreso a mi casa (que no fueron muchos, pero sí que se me hizo un camino muy largo) acabe reflexionando sobre la vida y lo que te puede pasar en el momento menos esperado, la angustia se había adueñado de mi, estaba claro que en ese momento no tenia el poder de controlar mi mente, que ella sólita divagaba y que los asuntos que intentaba tratar quizás no fueron los correctos. Un proverbio chino basado en la teoría del caos "El simple aleteo de una mariposa puede cambiar el mundo" viene como anillo al dedo en este tipo de situaciones, ya que el simple hecho de tomar una decisión que quizás no sea la correcta, puede llegar a tener unas consecuencias devastadoras. Verdaderamente comento esto, porque si hubiera llegado a darme la maceta en la cabeza, lo más seguro es que no hubiera podido escribir en estos momento en mi blog, tampoco hacer las mil cosas más que hecho después de lo ocurrido y sobre todo no haber podido conocer a mi amiga Violeta.